"Adán y Eva"
Eva, recién nacida, estaba reclinada sobre Adán debajo de un árbol, porque llovía. El hombre, tan joven, dejaba correr las gotas por sus mejillas imberbes. Cerca de ellos, el agua se había ido depositando en una pequeña depresión de la tierra. Eva lo descubrió y dijo:
- Mira.
Miraron juntos y ella vio su propio rostro reflejado, pero como aún no se reconocía y amaba ya tanto al hombre, añadió, maravillada:
-¡Eres tú!
José María Sánchez-Silva