Una de las más lamentables carencias de información que han padecido los hombres y mujeres de todas las épocas se relaciona con la muerte. El dato nunca confirmado de que los hombres que mueren de ninguna manera vuelven, quizá signifique que no regresan como creemos que regresarán.
Otra versión, tampoco confirmada, y no sé si más o menos verosímil, sugiere que si bien los hombres que mueren no regresan con sus cuerpos, por la mera razón de que carecen ya de los mismos, celebran, en cambio, su nueva vida con palabras.
Algunos ya celebraban con palabras esta vida, con palabras que eran de hombre, pero que a la vez a muchos nos parecían divinas. Palabras iluminadas que iluminan, palabras donde el Fulano y la Mengana cobraron vida. Versos de oficina, y preguntas al azar cuya respuesta quién sabe cuando llegará.
Tal vez, querido Mario, tú estés ya despejando aquella otra gran incógnita del mundo de las transparencias, esa lamentable carencia de información acerca del sexo de los ángeles.
Otra versión, tampoco confirmada, y no sé si más o menos verosímil, sugiere que si bien los hombres que mueren no regresan con sus cuerpos, por la mera razón de que carecen ya de los mismos, celebran, en cambio, su nueva vida con palabras.
Algunos ya celebraban con palabras esta vida, con palabras que eran de hombre, pero que a la vez a muchos nos parecían divinas. Palabras iluminadas que iluminan, palabras donde el Fulano y la Mengana cobraron vida. Versos de oficina, y preguntas al azar cuya respuesta quién sabe cuando llegará.
Tal vez, querido Mario, tú estés ya despejando aquella otra gran incógnita del mundo de las transparencias, esa lamentable carencia de información acerca del sexo de los ángeles.
Quién sabe si tu regreso sin cuerpo vendrá de nuevo vestido de palabras... Por si acaso, y ante las dudas, cuando lo entierren, por favor, no se olviden de su bolígrafo.