

Y es que hay ausencias que son capaces de llenarnos el vacío. Ausencias que parecen mostrársenos con su nada y su inexistencia. Ausencias incluso que son con todo el ser extrañadas, ausencias que si fuesen, seguramente nos faltaran, ausencias que a veces son puramente necesarias, ausencias en las que pensamos, ausencias que añoramos que no fuesen tales, pero que si fueran, no añoraríamos. Hay ausencias que sí son, que habitan y viven en nosotros, ausencias que arrastramos a veces torpemente, otras con dificultad y algunas con placer posiblemente. Existe toda una gama de ausencias, nadas que aun no siendo pueden subjetivamente ser y son.
1 comentario:
Chapó.
¡Por las ausencias! [Tanto las transitorias como las definitivas]
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