lunes, 31 de marzo de 2008

Arma cargada de pasado, presente y futuro

La inspiración del poeta (Nicolas Poussin)

No, la poesía no es sólo arma del porvenir; es arma ahora y lo fue siempre. No es algo que yo diga por decir, sin fundamento alguno; no es algo en lo que crea con irracionalidad absoluta. Me remonto al pasado, a uno de los filósofos más importantes de la historia, a Platón.
A priori puede parecer contradictorio que pretenda fundamentar mi idea de que la poesía es arma de todos los tiempos acudiendo a aquél que expulsó a los poetas de su República ideal. ¿Cómo decir que la poesía es vital o es importante cuando parece que puede prescindirse de ella sin remordimiento alguno?
Platón adoptó una actitud negativa ante el arte en general y la poesía en particular, porque decía que éstas no desvelaban la verdad, sino que la velaban, que no eran camino para alcanzar el último sol de la caverna, porque tan sólo imitaban las formas de nuestro mundo sensible, copia a su vez del mundo verdadero, el de las Ideas.
Para Platón la poesía era irracionalidad, embriaguez, perversión de la razón, locura cargada, eso sí, de dulces melodías capaces de magnetizar a cualquiera, pero sólo por el camino de la Filosofía podría llegarse al conocimiento.

- Dejamos establecido, por lo tanto, que todos los poetas, comenzando por Homero, son imitadores de imágenes de la excelencia y de las otras cosas que crean, sin tener nunca acceso a la verdad (República)

Se ha dicho que en realidad Platón tenía cierto temor a los poetas, porque eran poderosos y podían enaltecer al pueblo con sus palabras. El hecho de que los poetas cantasen libremente y pudiesen criticar las ideas impuestas por el gobierno de sabios era un terrible problema para mantener el orden. Sin embargo, la expulsión declarada en su “República” no le parecerá a Platón prudente en “Leyes”. En este texto el filósofo ve que los poetas, aquellos expertos en manipular las pasiones humanas, no sólo podían ser útiles, sino necesarios para construir su polis ideal. Platón va a establecer una suerte de censura previa al arte, tratará de poner grilletes a la poesía, y aprovecharla como instrumento político. Su propuesta será ahora que el Estado magnetice al poeta, el poeta al rapsoda y éste al público para evitar la desobediencia de las leyes.
Así vemos que la poesía era para Platón una poderosa herramienta política, como también lo ha sido posteriormente para regímenes totalitarios. Las dictaduras, de cualquier signo político, han temido siempre a los intelectuales, entre ellos a los poetas, a quienes han dado muerte o enviado al exilio por la posibilidad de que sus palabras acabasen con lo establecido. José Antonio Primo de Rivera, jefe de la Falange Española, declaró que “a los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ¡ay del que no sepa levantar, frente a la poesía que destruye, la poesía que promete!”
Pero quienes han pretendido acomodar ciertas ideas políticas en el discurso poético han fracasado al convertir una expresión que es libre por definición en pura propaganda. La poesía no puede atarse a razones ajenas, pues ella tiene sus propias razones. La poesía, como dice María Zambrano, es el otro camino para llegar a la verdad.
Y no es sólo belleza irracional, fruto de una inspiración divina. Los poemas no nacen del delirio, son delirio en cuanto forma, pero contienen verdades que provienen de la razón.

“El don de los poetas es divino pero en el sentido de un don que la naturaleza les ha dado para que cultiven poesía. La vía del conocimiento de los poetas obedece tanto a la pasión como al talento, es decir que poseen una fuerza racional en lo que dicen, pero en cómo lo dicen, están impulsados por lo ilógico y lo irracional”


(“Lo sublime”, texto atribuido a Pseudo Longino)


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